Pasteles de Belém, una receta centenaria


El verano pasado estuve en Lisboa con mi familia y uno de esos instantes que se han quedado grabados en mi memoria fue cuando probamos los pasteles de Belém. Era una noche sorprendentemente fresca de principios de julio y tras un intenso día conociendo la ciudad, nos acercamos a Belém para ver su famosa torre y pasear por sus alrededores hasta encontramos por fin la famosa "Fábrica dos Pastéis de Belém". Recuerdo llegar helada de frío (era julio!) y no olvidaré la maravillosa sensación de tomar ese bocado dulce, templadito, crujiente y cremoso que nos reconfortó hasta el alma.  

La receta como ahora os contaré, es secreta, pero hay muchas versiones de estos pastelitos, también llamados "pasteles de nata" circulando por internet y redes sociales, así que no podía faltar por aquí esta receta para que podamos disfrutar de su sabor en casa.


Se cree que su origen se remonta al siglo XIX, por supuesto en la localidad de Belém. Durante la Revolución Liberal de 1820, muchas instituciones religiosas fueron cerradas y los monjes del Monasterio de los Jerónimos que allí se encuentra se vieron obligados a buscar nuevas formas de sustento. Por ello decidieron vender estos deliciosos dulces en una pequeña fábrica anexa a la iglesia, lo que dio origen a la "Fábrica dos Pastéis de Belém" en 1837.


Hasta el día de hoy, esta fábrica es la única que elabora los auténticos pasteles de Belém con la receta original, la cual se mantiene en estricta confidencialidad y solo es conocida por unos pocos maestros pasteleros. Por este motivo no hay ninguna otra pastelería que pueda utilizar esta denominación para vender sus pastelitos de nata.

En la actualidad se estima que en esta fábrica se producen más de 20.000 pasteles al día para satisfacer la demanda de turistas y locales. Además, han sido considerados uno de los mejores dulces del mundo y han inspirado versiones en muchos países, aunque ningún otro logra igualar su sabor exacto.

Como curiosidad, os cuento que la "Fábrica dos Pastéis de Belém" tiene una sala especial donde se prepara la crema del relleno, y solo tres personas en el mundo conocen el proceso exacto. Esta sala está cerrada al público y es un auténtico tesoro gastronómico.


Si alguna vez visitas Lisboa, no dudes en probarlos en su lugar de origen y disfrutar de una experiencia única e inolvidable. Mientras tanto, puedes hacer tu propia versión de estos pastelitos con esta receta tan fácil de elaborar ¡Buen provecho!

Pasteles de Belém

INGREDIENTES (12 unidades):

  • 250 ml de leche entera
  • piel de un limón (sin la parte blanca)
  • 1 palo de canela
  • 180 g de azúcar
  • 90 ml de agua
  • 30 g de harina de trigo
  • 4 yemas de huevo
  • 350 g de hojaldre de mantequilla (1 lámina y media de las cuadradas)
  • 10 g de mantequilla para engrasar los moldes
  • canela en polvo y azúcar glacé al gusto, para espolvorear

ELABORACIÓN: 

  1. Comenzamos poniendo a calentar en un cazo a fuego medio la leche con la piel de limón y el palo de canela partido a la mitad. Cuando rompa a hervir, retirar del fuego, tapar y dejar reposar 30 minutos.
  2. En otro cazo mezclaremos el azúcar con el agua y lo llevamos a ebullición durante 3 minutos. Reservaremos este almíbar para el siguiente paso.
  3. Una vez infusionada la leche, vamos a retirar la piel del limón y la canela. A continuación añadiremos la harina, mezclaremos bien con la ayuda de unas varillas hasta asegurarnos que no hay grupos, y llevaremos a calentar hasta que espese y se haga cremosa. Posteriormente, retiramos el cazo del fuego e incorporamos poco a poco el almíbar a la crema de leche, removiendo sin cesar con las varillas hasta que toda la mezcla esté bien integrada. 
  4. Por último, añadimos a la mezcla anterior las yemas de huevo, de una en una, hasta integrarlas bien. En este momento se puede pasar la mezcla por un colador para asegurar que queda lisa y sin grumos, aunque no es obligatorio, si ves que tu mezcla está quedando bien, no hará falta.
  5. En este momento, podemos encender el horno para que se vaya calentando, con calor arriba y abajo y temperatura 250º
  6. Ahora vamos a enrollar el hojaldre haciendo un rulo, y procedemos a cortarlo en 12 trozos iguales. Para que resulte más sencillo hacerlo a ojo, primero hacemos un corte a la mitad del rulo, después cortamos cada una de las partes de nuevo a la mitad, y por último dividiremos cada una de las 4 partes que hemos obtenido en tres. 
  7. Con cada uno de los trozos de hojaldre vamos a ir forrando los huecos del molde. Para ello colocaremos una porción en uno de los huecos, aplastando la base y con ayuda del pulgar vamos a ir cubriendo también las paredes del molde.
  8. Repartimos la crema de leche y huevo en los hojaldres, sin llegar hasta arriba del todo, dejaremos al menos medio centímetro hasta el borde de la masa, ya que durante el horneado el relleno crecerá.
  9. Horneamos a 250º entre 10-15 minutos (a partir del minuto 10 hay que ir controlando el color de los pasteles, hasta que lo encontremos de nuestro gusto).
  10. Por último sacaremos los pasteles del horno. Importante: los dejamos templar dentro de los moldes durante 5 minutos y a continuación los desmoldamos y los dejamos en una rejilla para que terminen de enfriar.

Los pasteles se pueden tomar aún templaditos o a temperatura ambiente y se pueden servir espolvoreados con azúcar glacé, canela o ambos... a gusto del consumidor. 

Espero que disfrutéis mucho de esta receta, es sencilla, apta para hacer con niños (siempre y cuando tengamos reservas de paciencia y alta tolerancia a que se ensucie un rato la cocina). 


Yo voy a compartir estos pastelitos en una fiesta masterchef de comida internacional que organiza mi compañero José Antonio con motivo de su cumpleaños, así que espero que tanto al anfitrión como al resto de invitados les gusten y me dejen en buena posición en las votaciones... ¡mi prestigio como cocinillas está en juego! Lo que sí es seguro es que lo vamos a pasar genial porque, como se diría en portugués son "gente muito linda".

Feliz vida!

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